La emoción es dulce, pero la cosificación de la mujer es amarga. Esto es lo que el cineasta y fotógrafo Erika Lust sentía, en su condición de mujer y feminista, al ver una película porno por primera vez. Sin embargo, en lugar de resentirse y condenar cada manifestación pornográfica, decidió entrar en batalla y cambiar lo que le molestaba: decidió hacer ella misma sus propias películas, respetando a las mujeres, desde el punto de vista del deseo femenino y subrayando la posibilidad de la fuerza feminista en un mundo tan marcadamente masculino y machista como el del porno.
Licenciada en Ciencias Sociales, Erika sabe que su porno es político Consciente de que la pornografía es una parte profunda de la cultura occidental, decidió transformar esta fuerza artística y discursiva, cambiando la misoginia y el machismo por imágenes e historias afirmativas sobre el sexo, las mujeres, el cuerpo y la realidad de lo que el sexo realmente es y puede ser.
En el sitio web XConfesiones Puede enviar sus historias, para que se conviertan en cortometrajes, y ver sus películas, mediante suscripción - los trailers son gratuitos para todo el mundo. La fuerza de su trabajo radica exactamente en el placer que proporciona el sexo, libre, sin embargo, de la incomodidad que suele provocar el aspecto opresivo e incluso violento del porno tradicional. Las imágenes que aparecen aquí son algunos fotogramas de sus películas, que muestran cómoerotismo y activismo son sinónimos en la obra de Erika, sin perder nunca la erección.
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