La importancia de la obra de la antropóloga estadounidense Margaret Mead está resultando hoy decisiva en los más importantes debates actuales, así como en los fundamentos mismos del pensamiento sobre temas como el género, la cultura, la sexualidad, la desigualdad y los prejuicios. Nacida en 1901, ingresó en el Departamento de Antropología de la Universidad de Columbia e impartió clases en varias universidades estadounidenses,Mead se convirtió en la antropóloga más importante de su país y una de las más relevantes del siglo XX por varias aportaciones, pero principalmente por demostrar que las diferencias de comportamiento y trayectoria entre hombres y mujeres, así como entre distintos géneros en diferentes pueblos, no se debían a elementos biológicos o innatos, sino a la influencia sociocultural y al aprendizaje.

Margaret Mead se convirtió en la mayor antropóloga de EE.UU. y una de las mayores del mundo © Wikimedia Commons

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No es casualidad, por tanto, que la obra de Mead sea considerada una de las piedras angulares del movimiento feminista y de liberación sexual moderno. Tras realizar un estudio sobre las diferencias entre los dilemas y comportamientos de los adolescentes de Samoa a mediados de los años veinte, especialmente en comparación con los jóvenes de EE.UU. de la época -publicado en 1928, el libro Adolescencia, sexo y cultura en Samoa, yamostraba la influencia sociocultural como elemento determinante en el comportamiento de dicho grupo- fue con una investigación realizada entre hombres y mujeres de tres tribus diferentes de Papúa Nueva Guinea como la antropóloga llevaría a cabo uno de sus trabajos más influyentes.

Sexo y temperamento en tres sociedades primitivas

Publicado en 1935, Sex and Temperament in Three Primitive Societies presentaba las diferencias entre los pueblos Arapesh, Tchambuli y Mundugumor, revelando una amplia gama de contrastes, singularidades y diferencias entre las prácticas sociales e incluso políticas de los sexos (el concepto de "género" aún no existía en aquella época) que ponían de relieve los roles culturales como determinantes.Empezando por los pueblosTchambuli, liderados por mujeres sin que esto, como presenta la obra, trajera disturbios sociales. En el mismo sentido, los Arapesh se mostraron pacíficos entre hombres y mujeres, mientras que los dos sexos entre los Mundugumor se mostraron fieros y beligerantes - y entre los Tchambuli se invirtieron todos los roles entonces esperados: los hombres se adornaban y mostraban supuesta sensibilidad e inclusofragilidad, mientras que las mujeres trabajaban y demostraban funciones prácticas y eficaces para la sociedad.

La joven Mead, cuando fue por primera vez a Samoa © Encyclopædia Britannica

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Las formulaciones de Mead, por lo tanto, ponían en tela de juicio todas las nociones imperativas de entonces sobre las diferencias entre los sexos, cuestionando por completo la idea de que las mujeres eran naturalmente frágiles, sensibles y dadas a las tareas domésticas, por ejemplo. Según su obra, tales nociones eran construcciones culturales, determinadas por tales aprendizajes e imposiciones: así, las investigaciones de MeadPero no sólo: en una aplicación ampliada, sus notas eran válidas para las más variadas nociones prejuiciosas sobre cualquier papel social impuesto a un determinado grupo.

Mead entre dos mujeres samoanas en 1926 © Library of Congress

Mead regresa a Samoa © Wikimedia Commons

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La obra de Mead siempre ha sido objeto de profundas críticas, tanto por sus métodos como por sus conclusiones, pero su influencia e importancia no ha hecho más que aumentar con el paso de las décadas. Hasta el final de su vida, en 1978 y con 76 años, la antropóloga se dedicó a temas como la educación, la sexualidad y los derechos de la mujer, para combatir estructuras y metodologías de análisis que propagaban meros prejuicios yviolencia disfrazada de conocimiento científico- y que no reconocía el papel central de las influencias e imposiciones culturales sobre las nociones más variadas: sobre nuestros prejuicios.

La antropóloga se ha convertido en piedra angular de los estudios de género contemporáneos © Wikimedia Commons