La idea de un "ordenador humano" puede recordarnos hoy en día a las prótesis tecnológicas, utilizadas para ampliar las capacidades del cuerpo humano, o a la inteligencia artificial, cada vez más omnipresente en nuestra vida cotidiana: hasta mediados del siglo XX, sin embargo, el término era más que una expresión, era una profesión de facto. La palabra "ordenador", desde el siglo XVII, se refería a un trabajo, y más: un áreaprofesional dominada casi en su totalidad por mujeres. La película Estrellas más allá del tiempo El relato de la historia de Katherine Johnson, Dorothy Vaughn y Mary Jackson, científicas negras que desempeñaron un papel clave en el desarrollo del programa espacial de la NASA, revela las páginas más recientes de la historia de los "ordenadores humanos", pero se trata de un oficio que se remonta siglos atrás, como parte importante -y un tanto olvidada- de la propia historia de la afirmación profesionalhembra.
Mujeres trabajando como ordenadores humanos en Harvard en 1890
Joven empleado de IBM, programando uno de los primeros ordenadores de la empresa.
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La primera referencia conocida al término "ordenador" se remonta a 1613, refiriéndose a "alguien que computa", o una persona capaz de realizar grandes cálculos matemáticos. Alan Turing, el inventor del ordenador moderno, explicó que "el ordenador humano tiene que seguir reglas fijas; no tiene autoridad para desviarse de ellas en ningún detalle" Si en el siglo pasado el término también se refiere a personasCon increíbles capacidades de cálculo y memoria, se aplicó en ámbitos como la astronomía, la física, la navegación, las matemáticas en general y, sobre todo, en el desarrollo de las tecnologías que dieron lugar a los ordenadores actuales.
Marlyn Wescoff, de pie, y Ruth Lichterman programando el ENIAC, considerado el primer ordenador moderno, en 1946.
Melba Roy, directora del grupo femenino de informática humana de la NASA, en 1964; sin el trabajo de Roy, los satélites modernos no funcionarían correctamente.
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La presencia femenina en este tipo de oficios se explica históricamente por el hecho de que era posible contratar a mujeres para trabajos "informáticos" por un salario inferior a la media masculina, pero quizá la naturaleza del oficio era vista con prejuicios por los hombres de la época. Sin embargo, poco a poco, la oportunidad fue creando cada vez más mujeres especializadas y el sector pasó a estar dominado por la mano de obra femenina.Durante los periodos de guerra, desde finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX, con los hombres en el campo de batalla, este predominio se extendió y confirmó, en un momento en que el desarrollo de las tecnologías de cálculo y de los ordenadores se desarrollaba a gran velocidad. Barbara "Barby" Canright fue la primera mujer contratada por la NASA como "informática", en 1939, pero enEn pocos años, departamentos enteros de la agencia espacial estarían ocupados por mujeres, cuyo trabajo consistía en calcular utilizando máquinas rudimentarias y su propia habilidad y talento: el trabajo era calcular.
Katherine Johnson en la NASA en 1966 © Wikimedia Commons
Johnson, recientemente, frente al edificio de la NASA que lleva su nombre © Wikimedia Commons
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No es casualidad que Ada Lovelace, una condesa inglesa nacida en 1815, sea considerada la primera mujer programadora de la historia, que el wi-fi lo inventara la actriz Hedy Lamarr y que la potencia de los primeros ordenadores, en la época de la segunda guerra, se midiera en horas de "kilo-niñas", o sumando la capacidad de trabajo de las chicas que calculaban. Antes de que se convirtiera en otro medio dominado por los hombres,En las décadas de 1970 y 1980, la programación era, por tanto, un campo de trabajo para mujeres, y no había página en la historia de las tecnologías que hoy utilizamos prácticamente a cada paso -y que tanto han cambiado el mundo actual- que no estuviera escrita y calculada por mujeres: por computadoras humanas femeninas.
Annie Easley, una de las primeras mujeres negras en trabajar en la NASA
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