Si la sudoración cuando hace calor es algo habitual, en la que el cuerpo trabaja con secreciones para refrescar nuestra temperatura, el sudor frío es síntoma de otros fenómenos, más complejos y posiblemente incluso más peligrosos que un simple día de calor. Es una reacción del cuerpo para protegernos en general de situaciones peligrosas, pero no sólo.

El sudor frío también puede producirse en situaciones de falta de oxígeno, así como en una serie de casos de enfermedades más complejas, como infecciones o hipotensión. Por ello, la reaparición de una reacción corporal de este tipo siempre debe ser debidamente observada por un médico. No obstante, existen una serie de causas comunes del sudor frío:

Hipotensión

También conocida como tensión arterial baja, la hipotensión puede provocar una disminución del oxígeno en el cerebro y otros órganos. En estos casos, los sudores fríos suelen ir acompañados de mareos, debilidad, palidez e incluso un posible desmayo. Para aliviar una crisis de hipotensión, se recomienda beber líquidos y elevar las piernas por encima del tronco.

Estrés

Las situaciones estresantes pueden hacer que el cuerpo produzca sudores fríos, sobre todo en las manos, la frente, los pies y las axilas. El estrés también puede provocar tensión y molestias musculares. Hay varias formas de combatir el estrés y la ansiedad: desde las más sencillas, como baños e infusiones tibias, hasta el seguimiento terapéutico y la posible medicación en casos más extremos.

Hipoxia

La disminución de la cantidad de oxígeno que llega a los tejidos del cuerpo, también conocida como hipoxia, puede ir acompañada de sudores fríos y síntomas de falta de aire, debilidad, confusión mental y mareos. Los casos más graves pueden provocar desmayos e incluso el coma, y los motivos pueden ser problemas circulatorios, intoxicación, estar en lugares de altitud extrema o enfermedades pulmonares, por lo que es fundamental correr a urgencias.ayuda en estos casos.

Choque

Un traumatismo, un golpe o incluso una reacción alérgica pueden provocar un estado de shock y, con él, una disminución del oxígeno. La palidez, las náuseas, los mareos y la ansiedad pueden ir acompañados de sudores fríos. En cualquier caso, es aconsejable acudir al hospital para detener este proceso.

Situaciones más extremas, como una infección generalizada o una hipoglucemia en el caso de los diabéticos, también pueden provocar sudores fríos, por lo que, en general, la reaparición de una reacción corporal de este tipo siempre debe ser controlada adecuadamente por un médico.

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