Los que crecieron en los años 80 saben que, por mucho que la calidad de imagen, la definición y las posibilidades de la filmación digital sean hoy mayores y más efectivas, había un encanto, una cierta magia en las películas tradicionales de super-8 (que hoy también aportan cierta nostalgia) que los vídeos digitales nunca tendrán. El granulado permanente de las imágenes, unido a la sensación de algo más orgánicoparece aportar a las imágenes supercontrastadas del super 8 una singularidad insuperable, razón por la cual Kodak ha anunciado por fin el regreso de la cámara.
Ver también: Conoce Lusail, el estadio más bonito del Mundial de QatarEl nuevo Super 8, sin embargo, será un híbrido que funcionará tanto con película como con grabación digital. Irónicamente, la mayor dificultad para el regreso de la cámara fue el hecho de que el conocimiento de las tecnologías que rodean la grabación en película se había quedado atrás: los ingenieros tuvieron que "reaprender" a fabricar la cámara. Al fin y al cabo, han pasado varias décadas desde que se produjo el último Super 8.
La nueva cámara incorpora varias características especiales, como velocidades de disparo variadas, objetivo Rich de 6 mm f/1,2, apertura y enfoque manuales, una pantalla de 4 pulgadas, un medidor de luz integrado y mucho más.
Ver también: Quién es el 'vampiro mexicano' que pide a la gente que piense antes de transformar su cuerpoDos ejemplos de tomas de rodaje con el nuevo Super 8
Lo mejor es que, como el registro no será sólo en la película -a través de una tarjeta SD-, la compañía ofrecerá su propio y eficaz sistema de revelado de películas: a través de una plataforma, se podrán enviar las películas para que sean reveladas por la propia Kodak, que enviará rápidamente primero la versión digital, en un archivo, y después enviará la propia película por correo postal.
Los primeros ejemplos del nuevo Super 8 lanzados por Kodak devuelven esa misma sensación y definición que solía tener la película. Sin embargo, hasta la nostalgia más deliciosa tiene un precio y, en este caso, no será precisamente barato: el nuevo Super 8 de Kodak costará entre 2.500 y 3.000 dólares, más el coste del revelado.