Existe una leyenda, e incluso estudios científicos, que sugieren que las personas que tienen caras más simétricas son consideradas más atractivas. Motivado por este concepto, el fotógrafo Julian Wolkenstein decidió hacer un interesante experimento con fotos de retratos.
Para cada foto que tomó de los modelos, produjo dos imágenes diferentes, cada una reflejando un lado de la cara, generando dos versiones simétricas. Las dos fotos revelan rostros sorprendentemente diferentes. Lamentablemente, el fotógrafo no puso a disposición las fotos originales de las personas para una mejor comparación, pero aun así la serie es muy interesante:
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