El pequeño Richard Hutchinson Desafió las probabilidades de ser el bebé más prematuro del mundo, y de sobrevivir, incluso con un 1% de probabilidades de vida. A principios de junio de 2021, celebró otro hito al cumplir su primer año. Richard vino al mundo 131 días antes de tiempo y con un peso de sólo 337 gramos, según un comunicado de prensa de Guinness World Records.
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Sus padres, Beth y Rick Hutchinson, sólo podían sostener a su hijo con la palma de una mano. El diminuto tamaño del bebé significaba que tendría un reto inmediato: pasar los primeros siete meses de su vida en la unidad de cuidados intensivos neonatales del hospital Children's Minnesota de Minneapolis.
"Cuando Rick y Beth recibieron asesoramiento prenatal sobre qué esperar de un bebé nacido tan pronto, nuestro equipo de neonatología les dio un 0% de probabilidades de sobrevivir", declaró en el comunicado la doctora Stacy Kern, neonatóloga de Richard en el hospital.
A pesar de las dificultades, Richard recibió el alta hospitalaria en diciembre y hace poco celebró su primer cumpleaños, lo que le valió el reconocimiento oficial de Guinness como el bebé más prematuro que ha sobrevivido.
El anterior poseedor del título, James Elgin Gill, nació 128 días antes de tiempo en Ottawa (Canadá) en 1987.
"No parece real, aún nos sorprende, pero estamos contentos. Es una forma de compartir su historia para concienciar sobre los nacimientos prematuros", afirma Beth en el comunicado.
"Es un bebé muy feliz, siempre hay una sonrisa en su adorable carita, sus brillantes ojos azules y su sonrisa siempre me atrapan".
Por si los problemas de salud de Richard no fueran suficientemente difíciles, la situación se complicó aún más por culpa de COVID, ya que Rick y Beth no pudieron pasar la noche con su hijo en el hospital.
Aun así, viajaban más de una hora al día desde su casa en el condado de St. Croix (Wisconsin) hasta Minneapolis para estar con Richard mientras se recuperaba.
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"Doy crédito de su milagrosa supervivencia a sus maravillosos padres, que estuvieron ahí para ayudarle en cada paso del camino, y a todo el equipo de neonatología del Children's Minnesota", dijo Kern en el comunicado. "Se necesita un pueblo para cuidar y apoyar a estos bebés hasta el momento en que están listos para irse a casa".
Aunque Richard recibió el alta hospitalaria, seguía necesitando utilizar oxígeno, una máquina de pulsioximetría y una bomba para su sonda de alimentación. "Estamos trabajando para que deje de utilizarlos todos, pero lleva su tiempo", dijo Beth en el comunicado. "Ha recorrido un largo camino y se encuentra muy bien".
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