La formación de los Beatles es una institución tan sólida e irrenunciable que cualquier persona interesada en la música o simplemente nacida en el siglo XX puede recitar su alineación sin pestañear: John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr.Ringo se convirtieron en nombres inseparables. Sin embargo, durante 13 días de junio de 1964, la historia fue diferente y la banda la formaron John, Paul, George... y Jimmie.

La historia es sencilla pero, como todo lo que envuelve al universo de la banda más grande de todos los tiempos, se convirtió en una mini epopeya - y en la realización de un sueño impensable pero deseado por cualquier músico en los años 60 para Jimmie Nicol, entonces un joven batería de 24 años.

A falta de unos pocos conciertos de una gira europea, en vísperas de que los Beatles partieran para su primera gira por Oriente -para actuar en Hong Kong y Australia-, Ringo Starr fue hospitalizado con una grave amigdalitis. No había tiempo para descansar de la agenda de la banda -que entonces ya no era una simple moda pasajera en Inglaterra, sino que empezaba a alcanzar un éxito sin parangóny la necesidad de encontrar un sustituto de Ringo para que la banda pudiera salir de gira era urgente.

El legendario productor musical George Martin -responsable de la producción de prácticamente todas las canciones de la carrera de los Beatles- sugirió que llamaran a Jimmie Nicol, un batería con el que había grabado recientemente. Nicol aceptó en el acto, pero aun así la gira estuvo a punto de no realizarse, debido a la resistencia de George Harrison, que se negaba a participar en los conciertos sin Ringo. La idea, sin embargo,de molestar a miles de fans que querían un trozo del fenómeno Beatlemanía parecía desalentador; George aceptó entonces, se celebró una rápida audición, la banda se subió a un avión el mismo día y la gira se puso en marcha.

Jimmie recibió un corte de pelo, trajes adecuados y unas 10.000 libras esterlinas para dar ocho conciertos en 13 días por Escandinavia y Holanda.

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Ringo volvió a encontrar a la banda en Australia, y el sueño del batería anónimo que de repente se convirtió en Beatle llegó a un melancólico final: Jimmie dejó la banda sin despedirse de nadie -no se sentía cómodo despertándoles cuando se marchaba- y, con la misma rapidez con la que se ganó el foco más intenso del mundo, volvió al anonimato, del que nunca se fue (abandonó las baquetas en1967).

Ahora, sin embargo, su historia parece destinada a volver a la luz pública. El libro The Beatle Who Disappeared (El Beatle que desapareció), en el que se cuenta su historia, ha visto cómo Alex Orbison -hijo del legendario cantante Roy Orbison- ha comprado los derechos cinematográficos y se convertirá en una película.

La triste epopeya del joven que formó parte de la banda más grande de todos los tiempos para luego ser olvidado por la historia volverá a ser el centro de atención, para ser inmortalizado al fin y al cabo.

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