La obra de arte más cara del mundo es "Salvator Mundi". Con un valor estimado de más de 400 millones de dólares, es decir, más de 2.600 millones de reales, se desconoce su paradero, pero se presume. Algunas fuentes han declarado a The Wall Street Journal que el rarísimo lienzo está en posesión del príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohammad bin Salman (alias MBS), en su yate de los Países Bajos.
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Ver también: Criolo da una lección de humildad y crecimiento cambiando la letra de una vieja canción y eliminando el verso transfóbico'Salvatori Mundi' tiene una autoría discutida entre los expertos en arte; un crítico llegó a decir que Da Vinci nunca habría hecho una "mano tan coja"
Se dijo que el paradero desconocido del cuadro valorado en 450 millones de dólares era el yate Serene de Mohammed bin Salman. En 2019, el crítico de arte Kenny Scahter había afirmado que el cuadro estaba en posesión del príncipe saudí." Las obras de arte fueron trasladadas en plena noche en el avión de MBS y colocadas en su yate, el Serene". declarado en mayo de ese año.
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Ver también: Robin Williams: un documental muestra la enfermedad y los últimos días de vida de la estrella de cineAhora, las fuentes indican que, tras el traslado del buque a la costa holandesa, "Salvatori Mundi" fue depositado en una cámara acorazada en los Países Bajos.
El príncipe de Arabia Saudí, un Estado que promueve el wahabismo, una rama del Islam radicalmente contraria a la idolatría, es el presunto propietario del cuadro más caro del mundo
El último propietario conocido de la obra, atribuida en su día a Bernardo Luini, uno de los alumnos de Da Vinci, fue el millonario ruso Dmitry Rybolovlev, que la compró por 127,5 millones. Tras divorciarse, el ejecutivo la vendió, pero desde entonces se desconoce su paradero.
La obra se titula 'El último Da Vinci' precisamente por ser la última obra descubierta cuya autoría se atribuyó al pintor e inventor florentino. La obra se vendió por apenas 5.000 euros a principios de la pasada década, pero tras su restauración por la Universidad de Nueva York, ha amasado ahora un enorme valor de mercado. Ello se debe a que fue durante la restauración cuando se descubrió que se trataba de un Leonardo Da Vinci -pero el tema sigue siendo objeto de debate.
Es curioso que una obra cuyo fin es representar a Jesucristo esté en manos de un príncipe del régimen wahabita de Arabia Saudí, cuyos dogmas antiidolátricos están profundamente arraigados en la sociedad. La ideología del reino de bin Salman es similar a la del Estado Islámico y promueve la destrucción de las obras de arte consideradas profanas por el islam enseñado por Mohammed bin Abd Al-Wahhab.