En lo más profundo del Himalaya, dentro de las fronteras de Bután, un monasterio celebra la fertilidad teniendo como objeto de culto algo tan directamente sacado de las profundidades de la psique humana que hasta Freud estaría algo impresionado por la franqueza y vanidad de semejante tema: el templo de Chimi Lhakhang está dedicado al "falo sagrado". Sí, es un monasterio que celebra el pene.
Construido en 1499, el templo budista fue erigido por el monje Ngawang Choegyel. La leyenda que rodea al templo y su temática se debe a la figura de Drupka Kunley, un yogui del siglo XV conocido como un "loco divino" que aportó métodos sexuales de iluminación, apodado "El santo de las 5.000 mujeres".
Representación del yogui Drupka Kunley
Drupka decía que su pene combatía el mal y tenía poder curativo, pero también veía esa celebración con humor, como una forma de combatir y desvirtuar la rigidez de los monasterios en general.
Ver también: 10 imágenes del "antes y el después" de personas que vencieron al cáncer para volver a tener fe en la vidaLa subversión de la rigidez y la lectura más liberada y menos represiva de la sexualidad confieren al templo de Drupka y Chimi Lhakhang un aspecto interesante. Por otra parte, es evidente que se trata de otro hombre embelesado y enamorado de su propio poder y de su falo.
Ver también: Bananapocalypse": el plátano tal y como lo conocemos se encamina hacia la extinciónLas paredes, las puertas, los techos, todo en el lugar está decorado por enormes y decoradas imágenes de penes y de Drupka - que, poderoso o no, era sin duda un hombre típico.