A sus 25 años, la joven turca Rumeysa Gelgi escribe su nombre en el Libro de los Récords y supera sus propios límites. Con 2,15 metros, es la mujer viva más alta del mundo. Su estatura es el resultado de una rara mutación genética llamada síndrome de Weaver, que provoca un crecimiento extremo y acelerado, así como una avanzada edad ósea, y puede imponer varias limitaciones físicas.
Rumeysa Gelgi junto a uno de los inspectores "Guinness" con dos de sus muchos récords
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Además de ser reconocida como la mujer más alta del mundo, Rumeysa colecciona otros récords Guinness: también es la mujer viva con los dedos más largos (11,2 centímetros), la espalda más larga (59,9 centímetros) y las manos femeninas más grandes (24,93 centímetros la derecha y 24,26 centímetros la izquierda).
Incluso antes de ser adulta, ya estaba en el libro: a los 18 años, en 2014, Rumeysa batió el récord de la adolescente más alta del mundo.
La joven delante de su casa en Turquía, mostrando la diferencia de su tamaño
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"Nací con unas singularidades físicas extremas y quería que se reconocieran y celebraran tanto como fuera posible, con la esperanza de inspirar y animar a otras personas con diferencias visibles a hacer lo mismo y ser ellas mismas", escribió Rumeysa en su perfil de Instagram Su enfermedad la obliga a moverse en silla de ruedas o con andador, pero nos recuerda que los reveses de la vida hay que convertirlos en algo positivo.
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"Cada desventaja puede convertirse en una ventaja, así que acéptate como eres, sé consciente de tu potencial y hazlo lo mejor que puedas", escribió. Aunque muchos casos de síndrome de Weaver son hereditarios, ningún otro miembro de la familia de la joven turca ha mostrado nunca síntomas similares, y sus padres y hermanos son de estatura media.
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El síndrome de Weaver está causado por una mutación en el gen EZH2 y, además de un crecimiento acelerado, puede causar maduración esquelética y alteraciones neurológicas. Otros síntomas pueden ser hipertelorismo, u ojos extremadamente abiertos, exceso de piel en los ojos, parte posterior de la cabeza plana, frente y orejas grandes, así como alteraciones en los dedos, las rodillas e incluso una voz más grave y ronca.Es una enfermedad tan rara que sólo hay unos 50 casos descritos.
Desde sus 2,15 metros de altura, se confirmó como la mujer viva más alta del mundo