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Al suroeste de la costa portuguesa, en pleno Océano Atlántico, se encuentra el archipiélago de Madeira, perteneciente a Portugal. De origen volcánico, la región ofrece increíbles paisajes, una naturaleza exuberante y hermosas playas. Y, para rendir homenaje al árbol autóctono Laurel - ( Laurus nobilis), el fotógrafo alemán Michael Schlegel, ha realizado una impactante serie de fotografías en blanco y negro que nos hacen reflexionar sobre lafuerza de los árboles y de la propia naturaleza.
Titulado "Fanal", supo captar la fuerza silenciosa de estos árboles, enraizados en la tierra desde hace tantos años, testigos de diversos momentos de la historia. No es de extrañar que en ciertas culturas los árboles se consideren sagrados. Situados al oeste de Madeira, a más de 1.000 metros de altitud, algunos tienen más de 500 años.
Sus imágenes captan troncos cubiertos de musgo, ramas dispersas y un follaje oscuro que contrasta con la bruma blanca. Muchos han crecido en un ángulo diferente, lo que da lugar a ramas pesadas y extensas que parecen precipitarse hacia el suelo. Bordeando el universo mágico de los bosques encantados, este ensayo es una verdadera oda a la naturaleza en todo su esplendor.
La fuerza de los árboles
Recientemente, unos investigadores de Nueva Zelanda han publicado un revelador estudio que demuestra cómo los árboles se ayudan mutuamente para sobrevivir en el bosque. Mediante un fenómeno conocido como acoplamiento hidráulico, son capaces de transmitir agua y nutrientes a los troncos caídos en el suelo.
Este increíble fenómeno, que habla de la conectividad y generosidad de los árboles, se detalla en el exitoso libro de Peter Wohlleben: "La vida oculta de los árboles: qué sienten, cómo se comunican".
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