¿Conoces esos famosos caramelos de colores, también conocidos como azufaifas, que nuestros padres nos prohibían comer de pequeños? Su inventor fue David Klein, que los creó en 1976. Tras triunfar en todo el mundo con su dulce creación, el norteamericano vendió su marca a Herman Goelitz Candy Co, que más tarde cambió su nombre por el de Jelly Belly Candy Co y los sigue vendiendo en la actualidad.Sin embargo, como empresario atento a las demandas del mercado, decidió volver con todo creando caramelos de cannabidiol.
Ver también: ¿Cuál fue el experimento ruso del sueño que supuestamente convirtió a la gente en zombis?Para ello, creó la Spectrum Confections, que fabrica jujubes infusionados con CBD, el componente no psicoactivo de la marihuana, y se pueden encontrar en 38 sabores, entre ellos malvavisco horneado, piña colada y tarta de queso con fresa. Cada bala contiene 10 miligramos de CBD y ya se venden en la web de la empresa.
Ver también: Fotógrafo rompe tabúes y hace sensual ensayo con ancianasSe trata de uno de los segmentos de mayor crecimiento en todo el mundo, y varias marcas están invirtiendo fuertemente en la industria del cannabidiol, fabricando artículos de ropa, alimentos, medicamentos e incluso zapatos. Se calcula que este mercado moverá 16.000 millones de dólares en 2025, sólo en Norteamérica. Este cannabidiol debería ser incluso más sabroso y sano que los de nuestra infancia!