La historia de la foto tomada por John Giplin el 24 de febrero de 1970 es extraordinaria en muchas capas, y dice mucho de lo azarosa y trágica que puede ser la vida. A primera vista, la imagen no parece ser más que un montaje imposible y oportunista: la foto, sin embargo, es real, y muestra los increíbles últimos momentos de la vida de Keith Sapsford, un chico australiano de 14 años que cayó...del tren de aterrizaje de un avión DC-8, a sesenta metros de altura, momentos después del despegue.
Todo en esta historia es literalmente increíble, empezando por el hecho de que la foto fue tomada por casualidad, cuando Giplin simplemente estaba grabando los aviones que despegaban del aeropuerto de Sydney para probar su cámara. El fotógrafo no se dio cuenta del improbable y triste acontecimiento que había captado, y sólo cuando reveló la película se dio cuenta de que el azar había colocado su objetivo en la dirección del momentoPero, ¿cómo acabó el joven Keith en el tren de aterrizaje del avión de Japan Airlines? ¿Y cómo cayó tras el despegue?
Ver también: Sheila Mello da la mejor respuesta tras ser llamada "vieja" por un vídeo de baileLa increíble imagen de Keith Sapsford cayendo de su DC-8 en Sydney en 1970
Según los informes del padre de Keith, CM Sapsford, su hijo era un joven vivaz, inquieto y curioso que lo que más deseaba era ver mundo. Su inquietud le había llevado a escaparse de casa varias veces y, aunque poco antes sus padres le habían llevado a dar una larga vuelta al mundo, su temperamento le impedía llevar una vida de las llamadas "normales": Keith siempre quisomás, y el 21 de febrero de 197o volvió a escaparse de casa.
Ver también: La enfermedad del "ciervo zombi" se extiende rápidamente por EE.UU. y podría llegar a los humanosEl joven fue dado por desaparecido al día siguiente, pero la búsqueda fue en vano: el día 24 se coló en el aeropuerto de Sidney y consiguió esconderse en el tren de aterrizaje del DC-8 de la aerolínea japonesa, subiéndose al timón del avión que volaba de Sidney a Tokio. Los expertos creen que Keith permaneció escondido durante muchas horas y, tras el despegue, cuando el avión recogió elaterrizaje para continuar su viaje, cayó al vacío desde una altura de 60 metros.
Sin embargo, los médicos implicados en el caso garantizan que, aunque Keith no se hubiera caído, el australiano de 14 años no habría sobrevivido a las bajas temperaturas y a la falta de oxígeno durante el vuelo, ni siquiera habría sido aplastado por las ruedas del avión. Nadie en el propio avión notó nada diferente durante el trayecto, y si Giplin no hubiera registrado el instante exacto de la caída de Keith, esteincreíble historia posiblemente se hubiera quedado en una mera desaparición o una muerte misteriosa, sin una de las imágenes más increíbles y oscuras de la historia.