El ecologismo y la relación del ser humano con la naturaleza no sólo es una parte esencial de nuestra supervivencia en la Tierra, sino que para muchos es una causa de vida, una pasión fundamental, una dedicación total y absoluta. Solemos imaginar nuestra relación con la naturaleza como si fuera una especie de "madre". En un giro capaz de sonrojar hasta las mejillas de Freud, un grupo que se autodenomina ecosexual ha convertido esta relación en algo más íntimo y excitante, considerando a la naturaleza como una amante... literalmente. Sí, los ecosexuales tienen sexo con la naturaleza.
Ver también: Duda Reis acusa a Nego do Borel de violar a una vulnerable y habla de agresiones; el cantante lo niegaSin embargo, existen diferentes escalas en la relación erótica entre los ecosexuales y la naturaleza. Los más tímidos se limitan a utilizar artículos eróticos sostenibles, preocupados por el impacto que los preservativos y otros productos sexuales pueden tener en el medio ambiente.
Otros en realidad "follan" con los árboles, el suelo, la hierba, las flores, las cascadas: pueden tumbarse y frotarse contra la tierra o masturbarse bajo la caída de una cascada para alcanzar el orgasmo.
Por último, los más entregados pueden incluso "casarse" con la luna, el sol, una cordillera, la nieve o el mar (no se exige exclusividad por ningún lado, lo que permite que quien lo desee pueda casarse también, por ejemplo, con el sol).
Ver también: Tras 38 años desaparecida, una abeja gigante conocida como el "bulldog volador" es avistada en IndonesiaLo importante, sin embargo, del grupo es la convicción de que, a través de la ecosexualidad, pueden luchar por la salvación del planeta. Según Amanda Morgan, una de las líderes del movimiento, "si disgustas a tu madre, es probable que te perdone; si tratas mal a tu amante, romperá contigo". Así pues, la concienciación y el cuidado de la naturaleza son elementos esenciales de este lo que ha sidoconsiderada de facto una nueva identidad sexual.
"La Tierra es nuestra amante. Estamos feroz y locamente enamorados", dice un extracto del Manifiesto Ecosexual. Siempre que la relación sea consentida, ¿por qué no utilizar el erotismo para salvar el planeta?
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