Hay muchas situaciones que pueden ponernos la piel de gallina. Un viento frío que sopla sin avisar, la mirada profunda del amor de nuestra vida, el concierto de nuestro cantante favorito o tal vez una historia increíble. Diferentes experiencias pueden ponernos la piel de gallina y, aunque la ciencia sabe cómo ocurre, aún no puede explicar exactamente por qué.
Al igual que en el cuero cabelludo, nuestro pelo tiene unas raíces en las que hay pequeños músculos que, al tensarse o contraerse, hacen que se erija. El mecanismo es relativamente sencillo, pero el misterio reside en descifrar por qué. ¿Por qué el frío y algo que nos conmueve tienen exactamente el mismo efecto en nosotros?
La teoría más aceptable es la del instinto de supervivencia. Hace mucho tiempo, nuestros antepasados tenían mucho más pelo y vello que nosotros hoy en día, y se erizaban para formar una capa aislante cuando hacía frío o para advertirnos de algún peligro. Pero eso no explica por qué se nos pone la piel de gallina cuando oímos nuestra canción favorita, ¿verdad?
Ver también: 25 fotos de nuevas especies descubiertas por científicos en 2019Según el investigador Mitchell Colver, de la Universidad de Utah, las cuerdas vocales de un cantante experimentado están entrenadas para gritar afinadamente y nuestro cerebro siente estas vibraciones del mismo modo que si fuéramos alguien en peligro.
Ver también: Un artista convierte a desconocidos en personajes de animeUna vez pasada la "situación de peligro", el cerebro libera un flujo de dopamina, que es una sustancia química que induce a la felicidad. En resumen, el escalofrío es como una sensación de alivio al darnos cuenta de que no estamos en peligro y podemos relajarnos. El cuerpo humano es realmente asombroso, ¿verdad?