Una de las franjas de arena más famosas del planeta recibió, en febrero de 1970, una de las voces más impactantes y brillantes que este planeta haya oído cantar jamás. Ocho meses antes de morir de sobredosis, la cantante estadounidense Janis Joplin aterrizó en Río de Janeiro para convertir sus vacaciones en un periodo de rehabilitación y, en la playa de Copacabana, intentar alejarse del consumo de heroína.La idea parecía buena, dado que la droga prácticamente no existía en Brasil en aquella época - pero Janis Joplin aterrizó en Río en vísperas del Carnaval, y la cantante no se dejó intimidar por el jolgorio, dejando al margen sus planes de desintoxicación.
El fotógrafo Ricky Ferreira, responsable también de las increíbles imágenes que registraron el paso de Janis Joplin por Brasil, fue quien acogió a la cantante en una habitación y un salón del barrio de Leblon. Ricky la encontró sola, caminando desconcertada por la playa, después de haber sido expulsada del hotel Copacabana Palace por bañarse desnuda en la piscina.
Y se equivocan los que dicen que una de las más grandes cantantes de la historia del rock nunca actuó en Brasil: Janis Joplin cantó en Río, pero no en un gran escenario ni en un teatro a su altura -al contrario, le prohibieron un palco en el Teatro Municipal-, sino en un pequeño infierno de Copacabana, donde regaló una canción a los pocos privilegiados presentes -y donde también conoció al cantante Serguei-.
Ver también: Los hombres tienen el pene más grande entre los primates y la "culpa" es de las mujeres; entiéndasePero, sobre todo, durante los pocos días que estuvo en Río, Janis bebió, desde las bebidas más baratas hasta las más elaboradas. Después de disfrutar del Carnaval con el legendario DJ Big Boy, ver el desfile de las escuelas, luego en Candelária, y hacer topless en las arenas de Copacabana, Janis incluso viajó en moto hasta Arembepe, un pueblo a 50 km de Salvador, en Bahía.
La mayor cantante de su generación moriría el 4 de octubre de 1970, uniéndose al club de los artistas de rock fallecidos a los 27 años - y, de su paso meteórico por Río de Janeiro, quedan las increíbles fotos de Ricky, como documento de una época, que se publicaron por primera vez en la revista Trip en 2000.
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