Tras la confirmación de la elección de Jair Bolsonaro como próximo presidente de Brasil, a la sensación de incertidumbre sobre el futuro del país que ya era inevitable, se añadió el miedo, especialmente por parte de la población LGTB, negra, femenina e indígena, ante las abominables declaraciones y actitudes que han marcado el camino de Bolsonaro hacia la presidencia.
Entonces se hizo viral una ilustración que captaba el espíritu del momento y lo reafirmaba en un sentido de unidad y resistencia: dos manos entrelazadas con una flor entre ellas y la frase: nadie suelta la mano de nadie .
Pero, ¿cuál es la historia detrás del diseño y, sobre todo, de la frase que se ha apoderado de miles de feeds en internet?
Ver también: Conozca a la familia brasileña que vive con 7 tigres adultos en casaLa ilustración fue creada por la tatuadora y artista de Minas Gerais, Thereza Nardelli, quien dijo en las redes sociales que era algo que su madre siempre le había dicho, como aliento y consuelo en los momentos difíciles.
Pero un post en el periódico GGN apunta a otro trasfondo histórico de la frase: ésta fue también la misma línea exacta que sirvió de "grito de espanto" en las improvisadas barracas del curso de ciencias sociales de la USP, durante la dictadura militar, cuando los agentes del régimen cortaron la luz para invadir el lugar.
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"Por la noche, cuando las luces de las aulas se apagaban de repente, los alumnos se buscaban las manos y se agarraban al pilar más cercano", reza el post. "Luego, cuando se encendían las luces, hacían una llamada entre ellos".
Pero el final de la historia, como era habitual en los años de plomo, no siempre era bueno: "A menudo ocurría que un colega no contestaba porque ya no estaba", concluye el post.
Estudiantes detenidos por agentes de la dictadura
La conexión entre los dos orígenes no parece ser más que una triste coincidencia, aunque el espíritu sea efectivamente el mismo.
En un comentario al post original, la madre de Thereza explicó lo sucedido: "Cuando le dije la frase a mi hija Thereza Zangadas no conocía esta historia. Pero todos somos uno y nuestras emociones se mezclan en un tiempo sin pasado ni futuro, en el que el ideal libertario habla por sí mismo", escribió, y concluyó: "Gracias a todos y cada uno de los que se sintieron abrazados de alguna manera, seguimos juntos, en resistencia".
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