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El periodo de cuarentena ha sido diferente para cada persona. Mientras que algunos necesitan seguir saliendo de casa para trabajar, otros encuentran la manera de no detener sus proyectos, aunque sea dentro de casa. Este es el caso de Larissa Januario cocinera que escribe o periodista que cocina -como ella misma lo define-, la mente y las manos detrás de Sem Medida vieron en el reparto una forma de mantener su negocio en marcha y a su equipo remunerado. A un ritmo muy intenso, prácticamente no tiene tiempo muerto: "No sé llevar estar mucho tiempo sin hacer nada, creo que me da ansiedad. De hecho, me falta descansar", dice.
Junto con su socio, el chef Gustavo Rigueiral, lleva cinco años dirigiendo el proyecto Cena Secreta. Como su nombre indica, el lugar es secreto, al igual que los menús y los comensales. En marzo dio paso por primera vez al encierro, y de ahí, a las entregas. "Aprendimos a conducir con el coche en marcha", cuenta Larissa.
La pareja trabaja sin equipo para sobrevivir, mantener el negocio en marcha y pagar a proveedores y empleados.
"Nuestro equipo está en casa y seguimos trabajando para remunerarles, vamos ya por nuestro sexto curso, nuestra clientela es muy chula y nos siguen apoyando".
Mientras a mí se me antoja comida emocional, a Larissa se le antoja comida de cualquiera menos de ella misma: "Además de todo, cocinamos para trabajar, así que el día que tenemos la oportunidad de comer algo que no es nuestro, estamos muy contentas".
(Casi) en directo
De periodista a periodista, la propuesta de entrevista fue atrevida: le pedí que me acompañara mientras seguía sus pasos en una receta desde el corte hasta el plato. La única petición fue que el plato no contuviera carne, ya que no como carne roja ni pollo desde hace algo más de 10 años. La propia Larissa es una fanática de los platos vegetarianos.
"Me encanta comer sin carne. El problema hoy en día en nuestra dieta es esta cosa de pensar que tiene que ser sobre la carne. Hay tantas otras fuentes de proteínas que es cuestión de ampliar nuestro repertorio. Me gusta este reto de pensar en otras fuentes de alimentos. Y me gusta la comida. Creo que todos los alimentos son sabrosos, siempre y cuando sepamos cómo prepararlos, desarrollar el sabor, y que cualquierpersona puede aprender".
Ella, que pasó de periodista gastronómica a chef y ahora se mueve entre los dos ámbitos, cree que todo el mundo puede cocinar, lo que no significa que todo el mundo vaya a ser chef, pero cree que todo el mundo debería aprender a cocinar.
Foto: @lflorenzano_foto
"Creo que un aspecto 'positivo' de esta cuarentena es que la gente se está viendo obligada a volver a mirar las cocinas de sus casas más a menudo. Tengo amigos que no cocinan nada y les duele muchísimo. No tienen un repertorio de recetas, no tienen la práctica, no tienen el hábito. Y en cierto modo cocinar genera ansiedad. Tienes hambre, tienes una inversión de tiempo,Si es malo, es realmente malo. Haces un pastel y es un desastre, es complejo, se ensucia todo y aun así no hay premio... Entiendo que es un reto, pero creo que es esencial", anima.
En este proceso de que todo el mundo se meta en la cocina, el acceso al perfil de No Medida, junto con la búsqueda de recetas, ha crecido mucho. Pronto Larissa debería hacer una serie sobre los procesos de conservación de los alimentos, ¡la quiero ya!
Shakshuka, el plato del día
La sugerencia fue entonces ésta, que es un plato clásico del desayuno en Oriente Medio, pero que también se abre camino en otras culturas dentro y fuera del continente: "De los platos sin carne, mi favorito es el Shakshuka. Es un plato israelí, pero se come en todo el continente y más allá, porque el concepto es de huevos cocidos dentro de una salsa de tomate picante", explica Larissa.
Los italianos lo llaman huevos del purgatorio, los mexicanos huevos rancheiros y la madre de Larissa, una resistente goiana, moquequinha de ovo. Un plato unánime, muy rápido y fácil de hacer.
El chef explica que en todo el mundo es un plato de desayuno: "Aquí tenemos esa cosa de que el desayuno tiene sabores más suaves, pero en todo el mundo es la comida más importante, porque es la comida que te va a ayudar a afrontar el día, así que acaban siendo platos más sustanciosos".
Receta para dos personas:
4 huevos
1 cebolla mediana picada en dados pequeños
1 pimiento pequeño, picado como una cebolla - quitar todas las semillas y las partes blancas del interior (amarillo más suave, rojo más dulce y verde más fuerte)
1 lata de tomates pelados
1 diente de ajo grande
Pimentón
Semillas de cilantro
Comino
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Aceite de oliva
Pimienta
Picar las verduras al mismo tamaño, no tiene que ser muy pequeño. Poner las especias en el pilón, excepto la canela (yo no tenía y la piqué con un cuchillo). Empezar con las especias del pilón en la sartén. Cuando el pisto se haga más intenso, se puede añadir el aceite de oliva -un buen chorro-, la cebolla y una pizca de sal. Cuando se haya marchitado, añadir el ajo para darle un poco de sabor. Después de 1 minuto, añadir la pimienta yUnos minutos más de cocción y ya puedes incluir los tomates pelados y la canela en polvo. Pon agua en la lata de los tomates pelados para no desperdiciar nada (esto es para que nuestras madres se sientan orgullosas). Ajusta la sal y deja que reduzca un poco. Cuando la salsa esté bien cocida, pruébala, ajusta la sazón y prepárate para incluir los huevos. Rompe cada huevo por separado - nunca los abras directamente en elColoque una bien separada de la otra, salpimiente y tape. Si le gusta la yema blanda, sáquela en 5 minutos. Adorne con hojas de cilantro y sirva inmediatamente con pan o cuscús marroquí. También queda bien con cuajada seca o queso de cabra.
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